miércoles, 28 de mayo de 2008

lalallalalal

spués hemos tomado el té con un vendedor de alfombras (nieto de Aladín según el chico) y con familia dispersa por toda España. Además de explicarnos cómo funciona todo el proceso de fabricación de alfombras (las cuales creo que no volveré a mirar con la misma indiferencia que antes) nos ha recomendado un montón de sitios para conocer lejos de la ruta turista (y evitando los precios turistas).

Por la noche hemos cenado en el restaurante 360. Habíamos reservado con una semana de antelación por una recomendación y la verdad que el sitio merece muchísimo la pena. Ver el atardecer en el Cuerno de Oro y cenar después con todo Estambul a los pies y rodeadas por mezquitas es algo que no tiene precio (y no es un modo de hablar, porque la cuenta era de chiste!).